miércoles, 28 de febrero de 2007

Una mujer moral

“No soy un hombre moral (aunque trate de mantener mi conciencia en equilibrio). No soy un sabio, ni un esteta, ni un filósofo. Sólo soy un hombre nervioso, por circunstancias propias y ajenas. Como mi querido Ryonosuke Akutagawa dijo una vez, no tengo principios: lo único que tengo son nervios”.

Esto escribió Joseph Brodsky, poeta ruso Premio Nobel 1987, cuyo nombre real es Aleksandrovich Brodskii. Y me pregunto como puede uno hacer para faltar a sus principios sin faltar a sus nervios, o la pregunta debería formularla inversamente?

En tal caso lo único que confirma esta teoria es que hay gente que tiene los “principios de acero”, y una de las pocas personas que conozco en esta categoría es mi amiga Martha. Vive con su cáncer y sigue combatiendo las boludeces humanas. No cejan, ni sus nervios ni sus principios! Gran lección de vida.

Cuando las cosas parecen desfallecer pienso en ella, en su energía que no decrece, tal vez porque como dice, aún no ha podido reunir la edad biológica con su edad mental, pero esto es bastante común. A mí también me pasa, siento que atraso digamos… diez años. Antes lo vivía con culpa, pero me he dado cuenta que no es sino un rasgo de carácter, o un signo de vitalidad, o un signo de los tiempos.

Nos reímos de nuestros mutuos desfasajes y me hace inmensamente feliz sentirla cerca, aprovecharme de su creatividad, sentirme nutrida por sus ocurrencias a cualquier hora del dia o de la noche.

El teléfono suena y Martha no para de convocar situaciones, escenas, personajes de un mundo que quiere compartir conmigo. Me enriquece, me siento orgullosa de tenerla cerca pero no siempre fisicamente.

Aunque nos vemos cada tantos meses, estamos unidas por una conversación que se interrumpe a cada rato pero que continuamos en cualquier momento, porque siempre hay cosas para compartir. Incluso los nervios, o los principios.

Larga vida a mi amiga Martha! Gran esteta de la vida.


cege

No hay comentarios: